MIRANDO HACIA EL FUTURO... Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62
MIRANDO HACIA EL FUTURO
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Lucas 9:62
Cada día que inicia la vida te pone de frente a distintas circunstancia en las que debes tomar decisiones que afectarán tu futuro de una manera positiva o negativa. Supongamos que te levantaste y al ver por la ventana se asoma un rayo de Luz un poco tenue queriendo asomar sin embargo ciertas nubes color gris claro se lo impiden entonces te paras frente al guardarropas y te toca decidir que atuendo y zapatos usarás y queriendo ser optimista decides usar sandalias de tacón alto, falda y una camisa sin mangas. Saliste de casa y camino al trabajo unas cuadras apenas antes de llegar comienza a caer el aguacero... y dices !Oh por Dios porque no me puse botas, pantalón y un abrigo, Dios debí traer paraguas por si llovía.
La vida es así cada decisión que tomamos afecta nuestro futuro; una joven de apenas 17 años que cuenta con el mejor promedio de su escuela y con una beca para estudiar en la mejor universidad del país asiste a su baile de graduación con aquel muchacho del cual está enamorada dos mese después cuando comenzaba los preparativos para irse a estudiar la carrera de sus sueños recibe la prueba de embarazo con un sello de positivo; su mirada hacia el futuro estaba justo en el blanco deseado pero la distracción del momento frustro sus planes, adios beca, adios privilegios en casa como la nena consentida y toca comenzar a darle paso al ejercicio de una maternidad como soltera ya que fue abandonada por su gran amor.
Jesús de Nazaret tenía bien claro cual era su misión en la tierra y ni el cariño que tenía por sus amistades ni los vínculos estrechados con sus discípulos lo desviaron de su meta que era entregar su vida en la cruz para salvar a toda una humanidad de la muerte. Por esta razón el a través de su palabra nos deja esta enseñanza ninguno que pone su mano el arado mira atrás... es decir que cuando un agricultor comienza a hacer los surcos en los cuales sembrará su semilla pone su mirada en el punto recto hacia donde llegará con el arado inclusive acostumbran poner una estaca con una bandera en el otro extremo del surco como señal de adonde se quiere llegar y si mira hacia atrás pierde la línea recta del surco que estaba haciendo.
Significa entonces que cuando tomas la decisión aceptar a Jesús en tu corazón comienzas y a seguirlo debes hacer como el agricultor; no mires hacia atrás no mires tu pasado y procura que tus ojos se mantengan mirando lo que queda al frente; ese maravilloso futuro que Dios ha prometido para los que le siguen.
Aún cuando nuestro pasado haya sufrido en gran manera o te hayan hecho sufrir debes dejarlo atrás, no importa lo que hayan dicho de ti o lo mal que te hicieron sentir lo que de verdad importa es el concepto que tu Dios tiene de ti. Tu meta debe ser agradar a Dios cada día demostrándole tu amor y que el es digno de alabanza.
Lo que realmente vale la pena es Creer que para tu Señor eres valioso (a) y que puedes confiar en que los planes que ËL tiene para tía son de bien, son maravillosos y que lo mejores días de tu vida comienzan cuando le dejas vivir en tu corazón.
"Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4 Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. Isaías 43:1-4.
Así que no mires atrás, si Dios ya te libertó no te vuelvas a enlodar con tu pasado y sigue hacia adelante logrando cada una de las metas que te has propuesto. Porque en Cristo eres más que vencedor (a).
Bendiciones
Yoimar Jiménez de Rodríguez
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